domingo, 11 de agosto de 2013

Los extranjeros agitan el sector de la vivienda tras 4 años de inversión al alza (La Opinión)

El ladrillo, que sigue renqueante, se encomienda para salir de la crisis al excelente pulso de los inversores internacionales, que ya abarca una de cada tres ventas

11.08.2013 | 02:35
La construcción, todavía lejos de la recuperación, respira en la provincia gracias a la pujanza de los residentes extranjeros.
La construcción, todavía lejos de la recuperación, respira en la provincia gracias a la pujanza de los residentes extranjeros. 
Ha pasado ya más de un lustro desde que la provincia fue por última vez un bosque de bloques de pisos recién construidos y casas a medio edificar. La construcción, golpeada brutalmente por la crisis y por la burbuja, se tambaleó a lo grande, en plena cresta del boom, y su caída arrastró a la economía de Málaga, que todavía sigue astillada, en gran medida, por la falta de fuelle del que fue su principal sector.

Después de varios ejercicios a la deriva, y con todos los sentidos puestos en la recuperación, el ladrillo, sin embargo, empieza a dar muestras de vida, aunque a niveles todavía muy lejos de los que indicarían un verdadero cambio de dirección. Las expectativas, al igual en otras muchas actividades, están puestas en la inversión extranjera, la única gran noticia que se pega a las inmobiliarias desde que se inició la depresión.
Con los compradores españoles totalmente inhibidos, son los internacionales los que dan aliento a la compraventa de viviendas en Málaga. Y, además, en una línea creciente que de coincidir con el despertar de la demanda interna, toda una quimera en estos tiempos marcados por la falta de crédito y la incertidumbre, permitiría hablar de un rumbo definitivamente a favor. La cuota de mercado se ha invertido. Lo único seguro del negocio es que los compradores, al menos en la provincia, tienen en su mayoría una lengua materna distinta al español. Según datos de la Asociación de Constructores y Promotores (ACP), este año las casas adquiridas por extranjeros equivaldrán a un tercio del total de operaciones. Una cifra bastante a tener en cuenta si se advierte que en 2009 la proporción no pasaba del 14 por ciento.
El peso creciente de los clientes internacionales se palpa también en el último balance anual, el de 2009, que se cerró con 4.974 viviendas vendidas al colectivo. Se trata del 29 por ciento del conjunto de movimientos notificados en la provincia. «Los extranjeros son, sin duda, nuestra tabla de salvación», señala Violeta Aragón, secretaria general de la ACP.
A pesar de que la pujanza tampoco es tan alta en este apartado como en 2007, cuando se concluyó el curso con 8.262 inmuebles comprados por el colectivo, los números aluden a un crecimiento sostenido desde 2009, tanto en términos brutos como en la cuota general de mercado. Y con un baile de nacionalidades que ha dado entrada a actores emergentes como Noruega, Rusia o, incluso, China, India o Marruecos.
De hecho, los nuevos inversores, con los países nórdicos a la cabeza, han desplazado, incluso, a Gran Bretaña y Alemania, que han caído respectivamente a la segunda y quinta posición. En ambos casos por un retroceso, el de 2012, que Aragón liga a los vaivenes de sus economías domésticas y Ricardo Bocanegra, presidente de la Asociación de Residentes Extranjeros en la Costa del Sol, a una serie de variables que incluyen hasta la imagen en decadencia de España que pesa en el país teutón.
En cualquier caso, el paso atrás de británicos y alemanes no se ha traducido en un retroceso en las operaciones protagonizadas por extranjeros, que siguen en aumento y que con toda probabilidad experimentarán una nueva subida en los próximos meses. Los nórdicos son ahora los líderes del mercado, con una cuota, del 24,03 por ciento, que les reconcilia con sus etapas turísticas más fecundas para la Costa del Sol.
En el análisis de la inversión extranjera, Aragón y Bocanegra coinciden en restarle importancia a la moderación de los números de los llamados compradores tradicionales. Entre otras cosas, porque en este ejercicio ya van camino de recuperar sus mejores resultados. Muy diferente es la situación de la demanda española, que preocupa enormemente en el sector. Especialmente, por su estatismo, agravado incluso en los últimos meses por la concurrencia de nuevos factores negativos. En concreto, señala la secretaria general de la ACP, dos medidas adoptadas por el Gobierno de Rajoy: la subida del IVA y la eliminación del descuento especial impositivo por compra de vivienda, cuya suspensión entró en vigor el pasado diciembre. Unas dificultades que junto a la inestabilidad laboral y el grifo cerrado de los bancos ha hecho que se extienda el desánimo en el mercado, que prosigue en valores irrisorios. Sobre todo, si se comparan con los del boom.
La mayor prueba del adormecimiento generalizado de la construcción está en la comparativa de viviendas visadas. En Málaga se empiezan a vender pisos, fundamentalmente por el recobrado interés del cliente internacional, pero apenas se construye. Si en la primera década del siglo se autorizaba la edificación 35.600 viviendas al año, la suma es ahora casi anecdótica, con apenas 1.134 referencias en el último registro, el de 2012. Buena parte de ellas, explica Aragón, se corresponden además con inmuebles unifamiliares, proyectados por los propios propietarios, lo que no deja mucha cancha para el juego económico de la promoción. «El único indicador que marcaría la recuperación del sector es el de las viviendas visadas; cuando se logre levantar este parámetro hablaremos del camino vuelta al crecimiento», puntualiza.
La única nota en positivo de este capítulo es que en el primer trimestre del curso se ha crecido en relación a 2012. Málaga ha visado hasta marzo un 11,04 por ciento más de viviendas, si bien la cifra continúa siendo muy pobre -344 frente a las casi 9.000 de la década anterior-. El antiguo gigante de la economía se desentumece, pero aún le queda recorrido para despertar.

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