Colectivos ciudadanos y políticos reclaman la puesta en valor de los restos, en su mayoría en manos privadas y sin figuras de protección
Los restos del ingenio azucarero de San Antonio Abad, del siglo XVI, son el origen de Nerja. :: E. CABEZAS
Han sido una parte fundamental de la historia de la mayoría de los municipios costeros del litoral oriental de la provincia, y ahora, tras décadas de abandono, languidecen en el olvido. Los antiguos ingenios azucareros permanecen en pie como testigos mudos de nuestro pasado desde el siglo XVI, aunque en la práctica totalidad de los casos lo hacen sin ningún tipo de figura de protección legal, ni medios materiales que los hayan puesto en valor ni abierto a la ciudadanía y al turismo.
Uno de los municipios en los que este pasado industrial es más patente es Nerja, donde se conservan una decena de enclaves. Sin embargo, la falta de fondos para su rehabilitación, unido a que en su práctica totalidad están en manos privadas -en su mayoría son propiedad de la Sociedad Azucarera Larios S. A. (Salsa)-, hacen que en plena crisis, estos vestigios de nuestra historia más reciente languidezcan y estén sumidos en un completo abandono y olvido.
Proyectos frustrados
Durante el boom inmobiliario se llegaron a plantear iniciativas para su rehabilitación y reconversión en hoteles o museos, como en el caso de Ingenio de San Rafael de Torrox, del siglo XVIII, donde Salsa-Larios proyectó crear el primer hotel de cuatro estrellas del municipio; o la -por ahora- frustrada rehabilitación del Ingenio de Nuestra Señora del Carmen de Torre del Mar, y su apertura como Museo de la Caña de Azúcar. Ahora, en época de vacas flacas, estos edificios sirven, en muchos casos, como improvisados escenarios de rodajes de cortometrajes, de pistas deportivas para la práctica de deportes de aventura, como el 'paint ball' -un tipo de lucha entre dos bandos con pistolas de pintura-, o para los aficionados al aeromodelismo.
Ante este panorama, en los últimos meses diversos colectivos ciudadanos y políticos han alzado su voz para denunciar este abandono y reclamar medidas urgentes. Así, en Nerja se ha constituido la Asociación Cultural La Volaera, cuya última acción se ha producido hace apenas una semana, cuando alertaron de la instalación de un cartel anunciador de una empresa constructora en una de las dos únicas grandes paredes que quedan en pie del antiguo ingenio de San Antonio Abad, que data del siglo XV. Tras presentar un escrito en el Ayuntamiento, la edil de Cultura, Gema García (PP), medió para instar a la propietaria a su retirada, algo que se produjo a las pocas horas. Sin embargo, el colectivo, que cuenta con el asesoramiento de uno de los mayores expertos en este pasado industrial de la Axarquía, el profesor de Historia Francisco Capilla, sigue reivindicando más protección, vigilancia y medidas para poner en valor este patrimonio, «que está en el origen de nuestra localidad», apostilla.
Para ello, en abril presentaron alegaciones a la revisión del PGOU de Nerja, y según explicaron desde el Consistorio, se ha incluido un informe para proceder a su protección. Además, el Consistorio quiere seguir negociando con la sociedad Salsa-Larios para conseguir la cesión al municipio de todos estos edificios.
