domingo, 17 de enero de 2010

La crisis llena la costa de edificios fantasma. (SUR)

JESÚS HINOJOSA

MALAGA. De Casona a monumento. (SUR)

FRANCISCO GUTIÉRREZ

MALAGA. Atarazanas se descubre. (MALAGAHOY)

Sólo queda poco más de un mes para que se terminen la instalación de los puestos y los últimos retoques de la rehabilitación · El torreón árabe ya ha sido descubierto al público.

RAQUEL GARRIDO.

Dos años ha habido que esperar para vislumbrar el resultado de la compleja rehabilitación que ha sufrido el mercado de Atarazanas de la capital, uno de los edificios más emblemáticos que está a punto de abrir de nuevo sus puertas a la ciudad. Esta semana se ha dado el primer paso con la eliminación de la lona que durante las obras ha ocultado su interior. El torreón de origen mudéjar, declarado Bien Interés Cultural (BIC), luce en todo su esplendor después de un radiante lavado de cara que está prácticamente terminado. Sólo quedan unos pequeños retoques, según explicó a este periódico el arquitecto José González Gallegos, uno de los artífices de la restauración, que terminará en unos cuantos días.

El Ministerio de Fomento, encargado de la obra en colaboración con el Ayuntamiento de Málaga, no ha querido esperar más tiempo para que los malagueños puedan disfrutar de la reforma que se ha llevado a cabo en el zoco histórico. La lona que cubría la fachada principal del mercado fue retirada y podía comprobarse cómo avanzan unas obras que comenzaron hace ahora justo dos años y que debían haber estado listas en junio del año pasado.

Algunos cambios en el diseño original y el hallazgo de ruinas arqueológicas en su interior han sido la causa de este retraso que hará que el zoco no pueda abrir sus puertas hasta dentro de dos meses. Y eso en el mejor de los casos, ya que el arquitecto no cree que la instalación de los puestos concluya hasta dentro de un mes o un mes y medio. Es lo único que queda para finalizar la obra que ha costado casi 7 millones de euros. Hasta que no se coloquen los puntos de venta tampoco se podrán acabar los últimos remates de la pavimentación que está fabricada de un material especial para evitar que se acumule suciedad. Mientras tanto, se aprovechará también para hacer realidad una de las mejoras introducidas a última hora en el proyecto y que, según González Gallegos, consiste en instalar un compactador de basura subterráneo en la calle Plaza Arriola para evitar la imagen de cubos rebosantes de desperdicios. Ya queda poco para ver el resultado final y que los comerciantes vuelvan a su lugar original.

MALAGA. La concejal de Parques defiende que la obra del Metro no pase por la Alameda (MALAGAHOY)

Porras cree que hay alternativas de trazado para no afectar a los árboles · "A lo mejor hay que tomar por la Alameda de Colón y tirar por Muelle de Heredia", asegura.

Un nuevo halo de inquietud e incertidumbre se cierne sobre el proyecto del Metro de Málaga. La concejala de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Málaga, Teresa Porras, defiende la posibilidad de analizar y estudiar alternativas de trazado al paso del suburbano por la Alameda Principal al objeto de evitar posibles daños sobre los árboles centenarios que se levantan en este espacio del centro de la capital. La idea, transmitida a este periódico por la edil popular, fue transmitida por la misma al propio director del Metro, Enrique Salvo, quien no observa esta opción como viable.

Porras abre esta vía apenas unos meses antes de que, conforme al calendario propuesto por el ente Ferrocarriles Andaluces, sea aprobado el proyecto del tramo Guadalmedina-Malagueta, que contempla el paso por la Alameda y el Paseo del Parque. El motivo de esta iniciativa no es otro que la "preocupación" que existe en el seno del equipo de gobierno del PP por la repercusión que los tajos del ferrocarril urbano podrían tener, en especial, sobre los ficus de la zona. "Algunos, si los tocas, tienen un problema de caída total", comentó la responsable de Parques y Jardines, quien sustenta su afirmación en los estudios de los que dispone su departamento.

"Antes de hacer ese trabajo hay que darse un poco de tiempo", dijo la edil, para la que "ese paso está todavía verde y hay que darle alguna vuelta más". Es por ello por lo que llega a poner sobre la mesa la posibilidad de ver alternativas de trazado. "Hay otras posibilidades para que el Metro llegue a la Marina. A lo mejor hay que tomar por la Alameda de Colón y tirar por Muelle Heredia", esbozó.

Este recorrido, según Porras, permitiría que la ciudad "sufriese bastante menos que de la otra forma". "Que es más cara esa opción, pues sí, pero estamos hablando de poner patas arriba la ciudad", dijo, al tiempo que apostilló: "Hay que poner en una balanza una cosa y otra". En buena medida porque, según apuntó, "los informes indican que el riesgo para los árboles es importante. Es un peligro inminente". Preguntado por esta opción, el alcalde, Francisco de la Torre, dijo no poder dar una respuesta en detalle pero sí admitió que tal y como está diseñado el recorrido del Metro, está previsto que ha de pasar por la Alameda Principal.

Las dudas sobre la obra del Metro en la Alameda expuestas por Porras no son nuevas en el equipo de gobierno del PP, puesto que hace varios meses el propio concejal de Movilidad, Juan Ramón Casero, llegó a enfatizar que las zanjas en esta parte del recorrido no se abrirían hasta que no estuviesen cerrado el tramo previo, entre Renfe y la futura estación Guadalmedina, obra que comenzará, previsiblemente, a final de este mes.

En este contexto, la posición de Ferrocarriles Andaluces es la de continuar el avance conforme a las previsiones iniciales. Así lo apuntó el director del suburbano, Enrique Salvo, quien eludió entrar a considerar la idea de Porras y que ella misma le trasladó en una reunión hace varias semanas. El informe elaborado por la consultora Tecnoma, dependiente de Typsa, en relación con el estado de los árboles de la Alameda indican que hay tres ficus cuyo estado de salud en este momento está sumamente deteriorado (uno según los datos municipales), con lo que su continuidad es casi nula con independencia de la obra del Metro.

El proyecto constructivo contempla, por su parte, la aplicación de una serie de medidas con las que corregir el posible impacto en los árboles, tales como la utilización de micropantalladoras, al objeto de afectar lo menos posible las copas de los árboles, y la creación de una capa de tierra natural en el espacio que quedará entre la bóveda del túnel y la superficie, con el fin de que las raíces puedan desarrollarse con normalidad. A ello se suma la apuesta por que el trazado discurra por el lateral norte de la Alameda y no por el centro, con lo que el número de árboles sobre los que incidirían los trabajos sería menor. Esta última decisión, no obstante, ha de concretarse en el proyecto que ultima Typsa.