domingo, 18 de octubre de 2009

MALAGA «Es una pena abrir el puerto a la ciudad sin la conexión peatonal con la Marina». (SUR)

«Cualquier solución para pasar sin semáforos desde la plaza al palmeral es la clave del éxito rotundo de esta operación»


Desde hace siete años, su nombre está íntimamente ligado a los proyectos para la operación que abrirá el puerto a la ciudad. El arquitecto madrileño Jerónimo Junquera la visita prácticamente cada semana para seguir a pie de obra la realización del 'Palmeral de las Sorpresas', el diseño con el que ganó el concurso para transformar el muelle 2 (paseo de los Curas) y convertirlo en una zona de jardín y esparcimiento. Buen conocedor de Málaga -posee una casa en Nerja, donde residió un par de años-, Junquera resalta los atractivos de una actuación en la que la Junta de Andalucía va a invertir casi 28 millones de euros. Ante el retraso en la reforma del muelle del paseo de la Farola, su proyecto se ha convertido en la prueba de fuego del uso ciudadano de los muelles. Toda una responsabilidad.
Fue en enero del año 2003 cuando se aprobó su proyecto para crear un jardín de palmeras en el muelle 2 del Puerto. ¿Por qué han pasado casi siete años para poder verlo hecho realidad?
La media de un proyecto de este tipo son cinco años desde que se empieza a hablar de él. Aquí se han dado una serie de circunstancias que hacen que todas estas operaciones de puerto-ciudad se dilaten más de lo habitual. Es un lugar delicado, y hay diferentes administraciones implicadas. Además, son obras que suelen tener problemas por el subsuelo, porque los puertos son una secuencia histórica de crecimientos y rellenos. Aquí hemos tenido problemas con las cimentaciones que incluso nos han obligado a modificar el proyecto. Asimismo, hubo una constructora a la que se adjudicó la obra que tuvo problemas y se sustituyó por otra, lo que llevó su tiempo.
Hay ciudadanos a los que todavía llama la atención el nombre de 'Palmeral de las Sorpresas', ¿a qué responde?
La ordenación de este jardín o parque tiene su origen en lo que es la explotación agrícola del norte de África y en la zona de Elche. Es una forma de cultivar que procura protegerse del sol y del viento. Se trata de hacer una especie de cuarteles de 20 por 20 metros con varias palmeras plantadas en su contorno. De este modo, se consigue romper el viento. Pasear por un palmeral agrícola es muy bonito porque vas caminando y, como están las palmeras muy juntas, la perspectiva es cerrada. Pero cada vez que llegas a uno de estos cuarteles te sorprendes al encontrar una plantación de naranjos o de lechugas. Esto se va descubriendo y no se ve desde el principio. Entendimos que este parque debía ser algo parecido: un sitio de sombras protegido del viento y que, al estar cerca de otro parque que es una especie de jardín botánico mucho más frondoso y más de paseo, debía ser más un lugar de actividad. Por ello, en cada uno de los cuarteles del palmeral pasan una serie de cosas que pretendemos que sean sorpresas e incluso cambien de año en año.
Atractivos
¿Cuáles van a ser esas sorpresas?
Por un lado, hay una variedad de plantaciones en cada uno de los cuarteles. Además, hay tres o cuatro zonas para las que pretendemos que se organicen concursos de jardinería cada dos años para que profesionales de esta disciplina aporten sus diseños y llevarlos a la práctica. Sería bonito que los ciudadanos descubrieran cada dos años un cambio en estos cuadros verdes. En una de las cuadrículas habrá una especie de montaña con juegos para niños. Tiene que ser un parque muy activo. Por otra parte, habrá fuentes, a modo de abrevaderos muy bajos, que van a tener unos fondos iluminados. En este caso, también pretendemos que estos fondos puedan ser decorados o diseñados por artistas. A mí, por ejemplo, se me ha ocurrido colocar unos espejos de colores rotos para reflejar los rayos del sol. Asimismo, las fachadas de los edificios (la estación marítima, el Aula del Mar y el Museo del Puerto) están pensadas para que sean un lugar de intervención artística con luces y sombras. Por último, existen una especie de jardines hundidos en algo más de un metro que son lugares de reposo y sosiego. En definitiva, hay muchas oportunidades.
¿Puede afirmarse que ya no van a darse nuevos retrasos o 'sorpresas desagradables' en el desarrollo de las obras?
Me jugaría casi la mano izquierda que es con la que dibujo. Esto está lanzado ya.
¿Cuándo estará el muelle totalmente listo para su apertura a los malagueños?
(Responde con ironía) Pues dentro de 20 o 25 lo inauguraremos, que será cuando de verdad el parque estará terminado. Ahora todo es pequeño. Las palmeras van a ser más altas que los edificios. El ciudadano va a ver un jardín que no tiene nada que ver con lo que será. Pasa como con el Parque, que hoy no tiene nada que ver con la imagen que tenía cuando se inauguró.
¿Pero cuál es el plazo para que los malagueños puedan caminar por el palmeral?
Espero que sea antes del verano del año que viene. Todo depende del ritmo de las obras.
¿Se podrá entrar desde el primer momento a la zona por el paseo de los Curas? ¿Qué pasará con la verja actual?
Sobre este tema mi opinión es que, mientras el paseo de los Curas sea una vía rápida para el tráfico urbano, es una frontera infranqueable. La conexión transversal tampoco tiene sentido, así que las conexiones del palmeral con la ciudad son por la esquina con el muelle de la Farola y por la plaza de la Marina. Esos son los puntos de entrada y salida. Yo mantendría la verja, aunque vamos a retranquearla para dejar un carril más de tráfico. La tendencia es que que este tipo de parques, muy atractivos pero también frágiles, tengan un control de accesos. Ahora se pretenden hacer parques de sol a sol, que cierran por la noche con algún tipo de vigilancia. Sería una equivocación dejar éste abierto las 24 horas, además innecesariamente. Hoy por hoy, el paseo de los Curas está pensado para que tenga una gran densidad de tráfico.
Se había comentado que iban a habilitar varios pasos de peatones desde el parque y algunas entradas.
Pero, ¿de dónde vienen esos peatones? Si hay cuatro gatos en el Parque. La entrada fundamental va a ser por la plaza de la Marina.
¿Se deja entonces la verja?
Eso será una decisión política. Yo la mantendría, aunque retranqueada. Además la misma, que es magnífica. Hoy no habría dinero para hacer una así. Donde sí habría que buscar una mayor permeabilidad es en la zona más próxima a la plaza de la Marina y a la esquina con el paseo de la Farola.
Entonces no habrá entradas desde el paseo de los Curas.
Teníamos previstas unas escaleras de bajada, pero yo no dejaría ni un solo paso.
Soterramiento
¿Qué opina de la idea de soterrar el tráfico frente a la fachada del Puerto para conectar peatonalmente los muelles con la plaza de la Marina?
Es una variante de una propuesta que hicimos en su momento. Cualquier solución que garantice que se puede pasar sin semáforos desde la plaza de la Marina al palmeral es la clave para el éxito rotundo de esta operación. Una operación que no es sólo el muelle 2, sino también el de comercios que habrá hasta la Farola. Hay que entender todo esto como un gran espacio. El palmeral es sólo una parte.
El problema es que mientras se soterra el tráfico entre la plaza de la Marina y el puerto pueden pasar todavía varios años. ¿Significa esto que el palmeral va a estar incomunicado durante ese tiempo?
Pues sí, para mí esa es la palabra: incomunicado. Es una pena. Aquí se empieza siempre al revés. Yo haría una conexión aunque sea provisional desde la plaza de la Marina con algún puente de madera o algo para que la gente pueda pasar mientras hacen las obras.
¿Qué opina de la posibilidad de soterrar todo el eje del paseo de los Curas?
He participado en bastantes seminarios de puerto-ciudad y es el problema de siempre. Por lo que he oído a los botánicos, sólo por cortar el flujo de agua salada y dulce que se produce aquí no se debería hacer el soterramiento, porque es muy probable que el parque se muera. Además, es una carrera que no tiene fin. El coche es el problema de todas las ciudades. ¿Qué hacemos?, ¿túneles y más túneles?. Así estaremos incitando al uso del vehículo privado. Lo que hay que hacer es buscar soluciones para movernos bien con transporte público. En las ciudades del Mediterráneo vamos muy retrasados en todo esto.

Campillos quiere sacar al mercado 300 viviendas vacías. (LAOPINION)

El Ayuntamiento impulsa la definición de un convenio que permita dar salida a inmuebles de renta libre a precio de VPO de la mano de la Junta de Andalucía.


Unas 300 viviendas de renta libre se encuentran actualmente "desocupadas" en el municipio de Campillos por falta de recursos económicos de muchos vecinos del pueblo a la hora de adquirir uno de estos inmuebles a los precios fijados en el mercado.

Las estimaciones a nivel local establecen que los ciudadanos que figuran como demandantes de una vivienda en el municipio no superan, actualmente, las 370 personas.

Ello ha dado la clave al Ayuntamiento campillero para estudiar "poner en común" a las diferentes entidades implicadas en este ámbito: es decir, a la administración pública, en este caso a la Consejería de Vivienda de la Junta de Andalucía; a las promotoras de las actuaciones residenciales, y a los propios vecinos demandantes de una vivienda, esencialmente de tipo protegida.

"Desde el Ayuntamiento vamos a engrasar la maquinaria para favorecer el impulso de un convenio en el que se le dé salida a estos inmuebles a precios de VPO, para hacer coincidir los intereses de todas las partes implicadas, y que nadie se quede coleando con su vivienda o con sus ganas de tenerla", explicó el alcalde del municipio, Jesús Galeote, quien hizo referencia a años de "mucho dinamismo residencial" para explicar la actual coyuntura urbanística del municipio.

Esta situación se sucede en un momento económico en el que muchos campilleros se están viendo obligados a renunciar a las VPO que les fueron adjudicadas a través de concurso público por falta de medios para costearlas, o bien por la imposibilidad de obtener una hipoteca actualmente.

"De hecho, la próxima semana tenemos que volver a sortear un número determinado de inmuebles de las 22 VPO que está concluyendo la empresa de la Diputación, Emprovima, en el sector el Pozo de los Bueyes", continúo Galeote, quien volvió a resaltar la idoneidad del convenio de actuación residencial que estudian impulsar desde el ente local a tenor de la situación que sufren constructoras y ciudadanos.

A ello se une la renuncia formal que hace unos días presentó en el Ayuntamiento la empresa adjudicataria de la construcción de 35 VPO en unas parcelas contiguas al parque José María Hinojosa. Los derechos de la promoción han sido vendidos por la compañía Iniciativas Singulares a otra entidad, Ibérica Construcciones Civiles, cuyos responsables mantuvieron recientemente una reunión con el regidor para "determinar" como volver a impulsar la promoción residencial.

MALAGA. Las obras fantasma de Málaga (MALAGAHOY)

Son muchas las actuaciones residenciales y urbanísticas en la capital que acumulan hasta cinco años sin que a día de hoy sean realidad · El parque en los suelos de Repsol o el hotel de calle Granada, dos ejemplos.


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Estado actual de Cortijo Jurado.

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Estructura del antiguo edificio de Félix Sáenz.

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El mapa de Málaga se asemeja cada día más a un cementerio de obras y de proyectos no nacidos, a un escenario en el que se esparcen los pecios anclados y sobre los que se acumulan los años de espera. Un recorrido pausado por el mapa de la urbe y por la historia reciente de la capital permite constatar cómo son numerosas las intervenciones que en sus orígenes fueron coronadas con una aureola de gloria y que, hoy, no son más que fantasmas en forma de esqueleto o de simples solares baldíos. Los proyectos de rehabilitación de Cortijo Jurado y del Palacio de la Sonora, en la calle Granada, como hoteles; el ansiado parque que se iba a extender en los antiguos suelos de Repsol, o la construcción de pisos de lujo en Félix Sáenz y en las plazas de la Constitución y la Merced, suman años y años de retraso, sin que su horizonte esté aún despejado.

Probablemente, uno de los más longevos proyectos aún pendientes en la capital es el del parque prometido en la parcela ocupada en el pasado siglo por los bidones de combustible de Repsol. Sobre esta extensión, el Ayuntamiento se comprometió a dar forma a una gran zona verde de unos 50.000 metros cuadrados para disfrute de los vecinos de la zona, en torno a la que se levantan los dos barrios más habitados de al ciudad: Cruz de Humilladero y Carretera de Cádiz.

Fue en el año 2000 cuando el Consistorio y Repsol suscribieron un convenio que permitía la ejecución de esta zona verde. Sin embargo, desde ese día hasta el momento actual han sido muchos los vaivenes en los que se ha visto inmersa la actuación y varias las manos de los propietarios de este mismo suelo. A mediados de 2005, Repsol vendió a la promotora Comarex la parcela por unos 40 millones de euros, asumiendo el compromiso de hacer el parque.

Pero el cambio de dueño tampoco aceleró el asunto. De hecho, Comarex, que ya no es propietario de los terrenos, firmó un acuerdo con el Ayuntamiento para triplicar la edificabilidad de la zona a cambio de abonar 81 millones de euros. El proyecto que surgió de ese pacto, salvo escasas modificaciones, mantiene una zona verde de 81.000 metros, de mayor tamaño que la dibujada en el año 2000, pero para la que los vecinos de la zona tendrán que esperar aún varios años. Y junto al parque se levantarán varias torres de viviendas.

Más recientes en el tiempo son las demoras del proyecto de recuperación del emblemático edificio Félix Sáenz para la construcción de apartamentos de lujo. De esta iniciativa se viene hablando en Málaga desde hace más de cinco años. En este lapso de tiempo, el inmueble ha pasado por las manos de tres empresas diferentes. Primero fue la firma Somersen la que adquirió el bloque a los dueños originales para, precisamente, hacer pisos. En septiembre de 2004, un grupo local se lo compró a Somersen por 21 millones y tiempo después, esta misma empresa lo vendió a Restaura por 30 millones, actual propietaria.

Esta promotora trabaja desde hace varios años en el proyecto, aunque la demora causada por el hallazgo de restos arqueológicos y los problemas económicos han lastrado de manera evidente esta intervención. Según fuentes cercanas a la actuación, una vez solventados los problemas, vuelve a tomar impulso. No obstante, contando con que los trabajos se retomen a finales de este año, habrá que contar otros 18 meses, más o menos, para ver el nuevo Félix Sáenz. Es decir, que el edificio no estará culminado, como poco, antes de mediados de 2011, o lo que es lo mismo, casi ocho años después de que se pusiese sobre el tapete la idea de reconvertir el edificio en un de los iconos residenciales de la capital.

Parón similar arrastra el hotel de cinco estrellas que Salsa Inmobiliaria quiere construir en el antiguo Palacio de la Sonora, de la calle Granada. La obligación de mantener intactas las fachadas del inmueble unido al lastre que han traído consigo los trabajos arqueológicos realizados en la pastilla, que han dado a luz restos que habrán de ser conservados, han acabado por demorar sustancialmente esta obra. Los últimos datos apuntan a que el inmueble no estará abierto al público hasta principios de 2012, con lo que la trayectoria de esta iniciativa se habrá alargado en el tiempo nada más y nada menos que unos siete u ocho años.

Y cuatro años, poco más o menos, es justamente el lapso de tiempo en el que duerme el sueño de los justos el plan de recuperación del Cortijo Jurado y su conversión en hotel. El proyecto fue impulsado a mediados de 2005 por Grupo Mirador, aunque los continuos problemas económicos y judiciales que han rodeado a esta promotora hacen que, a día de hoy, la iniciativa se mantenga como una ilusión a futuro.

La misma parálisis que asuela a cientos de proyectos residenciales en el actual contexto de crisis económica es la que marca a fuego dos de los que pretendían ser iconos del centro histórico de Málaga. Ni la promoción de pisos de lujo ideada por Baensa justo en la Plaza de la Merced ni la diseñada por la empresa Novaindes en la Plaza de la Constitución son hoy realidad, a pesar de que sus orígenes se remontan a al menos tres o cuatro años.

La situación es incluso más incierta en el caso de la promotora vasca, que no ha podido siquiera demoler los antiguos cines Astoria y Victoria tras varios años de espera. A ello se suma ahora el sorpresivo interés del equipo de gobierno del PP en el Ayuntamiento de la capital de hacerse con la manzana para levantar, en lugar de apartamentos y locales comerciales, un gran equipamiento cultural. De cómo se formule la solución final a este contencioso, dependerá el desbloqueo del proyecto privado o su sustitución por una acción de carácter público.